Carlos e Irene

La Ire es mi prima favorita. Son de aquellas niñas inteligentes, que sobresalen en donde sea por sus opiniones con fundamento y una gran cultura general.

Cuando entró a la USACH, la tía Amadi, dijo que tenía sólo 24 personas para hacerse de amigos, porque ella quedó en el lugar 25 de Ingenería Civil Industrial. Bueno, de esos 24 estaba Carlos.

Pasaron los años se titularon, juntaron plata y optaron a unir sus vidas para siempre.

Ayer 24 de Marzo, juraron su amor ante Dios (porque a pesar de las facultades que da la nueva ley de Matrimonio Civil, se casaron por las leyes de los hombres la semana pasada).

Sin saber porqué, me emocioné apenas la vi entrar a la iglesia.

Más me emocioné cuando en vez de cantar el típico Ave María cuando se ponen las alianzas, les cantaron: "Yo te quiero regalar palabras/ ser tu red para cuando caigas/ sentirte que te quiero una vez más..."

Después de los aplausos de rigor y yo sentirme plenamente satisfecho. Al salir, en vez de la típica canción hueona de las iglesias ponen: "Por tí volaré, de Andrea Boccelli y vamos emocionandos otra vez.

A la salida de la iglesia, en vez del arroz, les tiraron pétalos de rosa blancos. Yo lo encontré de los más top.

Una vez, ya en la csm. Entiéndase por csm, Avda. El Salto Norte 5625, llegamos al Centro de Eventos. Un lugar gigante, precioso y chori. (La ceremonia fue en, la Plaza Ñuñoa, es por eso que digo que estaba a la csm).

Fue todo lindo. La música increíble, los copetes Ron Cacique, Absolute, Chivas Regals, Alto del Carmen y juguitos naturales ñamis.

Después de bailar, reírnos, jugar con cotillón, tirarnos agua con mis primos. Bailar entre basquetbolistas de la selección de la Cato y el tipo del comercial de las bases para cazuelas ese en que decía: Pelo las papas igual que tu mamá y el tipo dice: Mi amor te quedó igual. Igual.

Digamos que estuve entre las "estrellas del deporte y de los comerciales".

Estuvo todito de pelos. Lo mejor de todo es que fui acompañado por la Maquita.

Noche inolvidable. Sin lugar a dudas.

Ahora sólo falta que Carlos y la Ire sean felices por el resto de sus vidas.

FELICIDADES PRIMOS!.