La vida te da sorpresas...

Plaza Italia.
Noche.
Cita a ciegas.
Amigo del amigo, hace que se junte con el amigo del amigo que aún no conoce. Todo suena paradójico.
Uno es especial. El otro, también.
Se ven. Sonríen y conversan. Y le entrega un papel arrugado. En señal de lo especial que es.
Conversan en un local nocturno. Hay conexión.
Al otro día, va al departamento del otro, donde almuerzan y pasan la tarde juntos.
Todo va fenomenal.

A la semana subsiguiente, se conocen los amigos de los amigos. Sale una invitación de cumpleaños de uno de ellos, para los amigos de los amigos.

Luego un miembro de la pareja se enferma y al parecer el amor también. El amor está a punto morir, se lo diagnosticaron sus amigos al ver su reacción, a pesar de los cuidados. Se enfermó de muerte, el mismo que era tan fuerte y no hubo reanimación capaz de volverlo a la vida.

El otro miembro a pesar de que pasan los años y aún sufre. Ya a sus amigos los tiene enojados con el tema. Y ya están a punto de pegarle un par de cachetadas ante su insitencia en sufrir y llorar por alguien que no lo quiso.

Pero...