El domingo fue un día atroz. De esos en que uno sólo quiere estar en cama, no hablar con nadie y estar abrazado a la almohada llorando.

Ya en la noche era tan grande mi pena, y por más que me cuestionaba tantas cosas, nunca encontré esa respuesta que tanto necesitaba. Y me preguntaba el porqué, el porqué aún ya con 4 meses no había ninguna cosa buena que pasara que justificara tu partida.

Además, me sentía tan culpable, de no haberme despedido ese domingo cuando tuve la posibilidad de haberte visto, pero como tenía que estudiar, me fui a mi casa en vez de quedarme en la casa de mi abuelita.

Tenía un peso enorme y la culpa se apoderaba de mi ser lentamente... ya casi al punto de la angustia.

En la noche, veía que jugaba con mis primos chicos (pero el parcito es más grande que yo en estatura). Y mientras buscabamos no sé que cosa, veo a la flaca haciéndome señas y gritando: "Primito"!!.

Yo totalmente me asombrado, porque sabía que ella ya no está fisicamente con nosotros. Los niños y yo corremos, yo entre shock y feliz y ellos como si no supieran.

Nos dice, tomemos una foto con el celu y yo le digo, pero Ire, dejame ir a buscar la cámara, porque en los celus, salen remalas y me dice:-"Nico, no se cuanto rato esté por acá", yo me percato que se tiene que ir luego. Me quedo y nos tomamos la foto los 4. Le digo, Ire voy a buscar la cámara, pero antes le doy un abrazo apretado y le digo:- "Primita te quiero tanto"!!.

Siento su pelo y cara en mi rostro... y yo despierto con los brazos cruzados como abrazándola y con lágrimas en mi rostro.

Sigo soñando, y vemos la foto y sólo salimos los tres, donde debería estar la Ire, hay una luz.

Ahora sé que está mucho mejor que nosotros...